an transcurrido varios días todos unidos y esta noche la pasamos en Laso, en un olivar junto a una casa en obras. El frió se deja sentir.
Con el alimento energético mañanero desplegado sobre el suelo y el café humeante, un vecino que se encuentra encima de loma de muestro campamento, suspicaz por la presencia de unos individuos en las inmediaciones no duda en coger el teléfono y alertar al dueño.
Tras el aviso, al momento un coche aparece, saliendo un hombre precavido que nos tantea con buenas maneras.
Es Fabio, un hombre de campo fuerte, curtido por el sol en arrugas, rudo y con mirada firme pero de semblante amable.
Una vez hechas las comprobaciones, viendo que somos inofensivos y disculpándose por interrumpir, nos da a comprender su situación e inoportuna intervención.
Acto seguido, cortésmente nos invitara a su casa, donde ayudado por la Maama trabajan la tierra, recolectando uva para luego venderla a una cooperativa.
Somos invitados a cafe y mood4love dejara su rastro para que su filla de 18 años, que dice entender «eso de las tecnologías», así quizá pueda seguir nuestra epopeya a través del blog.
Un momento entrañable y hogareño en la cocina rústica de gas, con un cristo colgando como reliquiario, Flavio, su autentica Maama, il caffe, Tito, Martín y yo..!Ahh! y sin olvidar nuestro maltrecho italiano, ayudado gestualmente para llegar a buen puerto.
Para entonces, Pablo ante el posible peligro ya habia desaparecido por avante
Después de Laso y el pequeño incidente, Martín será mi escudero durante varios días.
Esa misma noche dormiremos en los aledaños de Chioggia, de frente, una bahía iluminada en su quietud.
Compartiremos una pizza ancora y hablaremos hasta que nos entre el sueño.
El habla y sueña con negocios en su tierra natal o quizá con trabajar en Capurgana. También compartimos historias de familia y me asombrara con su prolífica familia, en concreto su madre.
A mi, me dice Martín…mi madre me narro mi historia, de como me concibió y como fue por asunto de un cercado.
Yo le escucho atento y me traslado a ese pais cálido, Colombia, donde los cocoteros, la yuca, la selva, las mujeres bellas y salvajes y la dureza del mismo, hacen un destino anhelado.
Recogiendo nuestros sueños nos retiramos, codo con codo bien pegados a nuestras bicis, para madurarlos en la intensa humedad de la noche.