Esta vez Tito y yo, amanecemos con los ladridos chillones de un semi perro mal encarado, acto seguido una voz nos insta a desalojar el refugio natural improvisado bajo un parking residencial de un Alassio montañes, sorprendidos por la densidad de población y villas.
Desayunamos en la cafeteria en la estacion, en la falda de la montaña y con la esperanza de reencontrarnos con Pablo y Martin.
Tras una infructuosa espera y redirigimos el tiro a la oficina de turismo con la intención de encontrarlos, pero la conexión Wifi no ayuda. Ni rastro de las presas.
El dia es soleado y conscientes del valor de la costa de Liguria poco tardaremos ya abastecidos con Atun de «calite » y pimientos asados, en abortar la rodada y sucumbir a sus calas cristalinas a las que poco a poco vamos accediendo por los callejones de casas solariegas.
Poco después, tan solo a 500 metros de reanudar la ruta, nuestra gran fuerza de voluntad nos descabalga de nuevo y por 3 euros entramos a engrosar las listas de los Vitelloni de la zona.
El Txiringo de playa se convierte en nuestra trinchera y las cervezas no se hacen esperar, junto a la orgullosa bandera corsa hondeando al viento.
Mil baños, buenas vistas arena y mar azul cambiante nos trae un espejismo de quietud.
Con un tortazo elegante, sobre las 17 30 reanudamos la marcha. Target, Genova
La noche nos atrapa y el ultimo puerto lo subimos en completa oscuridad, » La primera y ultima vez » le digo a Tito. «mañana me planto en un Chino Italiano y me hago con todo tipo de gadgets lumínicos, asi vamos puliendo por menores, sobre la marcha».
Municipio, supera con creces el numero de palabras italianas que desembuchemos en un raquitico italiano, es por decision unanime punto de encuentro a final de etapa. Esta vez, a duras penas lo encontramos.
El Calzone Salvatore y una Pizza Carbonara, hará de bendición de la «jornata».
Cuan cansado y psicológicamente agotador es querer dormir y no poder donde!..10 kms nos esperaban después de fallidas intentonas a la largo de Génova. Siempre hacia el Este, encontrando espigones con una bocana donde arreciaba el viento al aproximarnos o playas con esqueletos de barca o un diminuto parque de atracciones y donde ahora su única atracción solo eran las numerosas ratas inquietas que se desvanecían en el espacio que dejan los balandros al ser volteados con sus panzas boca arriba.
Exhaustos en Genova far far east ..nuestros cuerpos terminaran a tierra en una playa pedregosa y aparentemente tranquila.
Hoy justo saco la esterilla, el saco, me enfundo y apago la luz.
